Prólogo || Capítulo 1 || Capítulo 2
Capítulo 3 || Capítulo 4 || Capítulo 5
Capítulo 6 || Capítulo 7 || Capítulo 8
Capítulo 9 || Capítulo 10 || Capítulo 11
Capítulo 12 || Capítulo 13 || Capítulo 14
Capítulo
Trece. La
calma antes de la tormenta. Parte
2 de 2 Coin
Land. Sede del concurso de Dance Megamix patrocinado por Jumperade. Ya
faltaba poco para la final. Las dos finalistas: Minako Aino y Naru
Osaka, habían llegado empatadas a las finales. Las pantallas gigantes
mostraban constantemente los movimientos más impresionantes de ambas
finalistas y el público aplaudía y gritaba los nombres de las dos,
ninguna parecía tener una apoyo superior al de la otra. “¡MINAKO
Y NARU!” Llamó el anunciador, “¡A LA PISTA!¡La final va a
empezar!” “¡Ya
es hora Minako!” Llamó Usagi, “¡Suerte!” “¡Haz
tu mejor esfuerzo!” Exclamó Makoto. “¡Recuerda
que estamos animándote!” Dijo Rei. “Todo
mi apoyo está contigo.” Le recordó Wakagi mientras la acompañaba a
la pista. “Gracias
Wakagi.” Respondió Minako, “Deséame suerte.” “Suerte
mi amor, sé que ganarás.” Le murmuró Wakagi al oído. Minako
sonrió al escuchar esas palabras y caminó hacia la pista llena de una
nueva energía. “La
final será muy pesada para Minako y para Naru.” Comentó Mamoru
pensativo. “¿Por
qué dices eso?” Preguntó Usagi. “Las
dos son amigas.” Respondió él, “Deben sentirse muy presionadas por
eso.” “Lo
imagino. Además, también son amigas nuestras.” Dijo Usagi, “¡Pues
entonces apoyaré a ambas para que den su mayor esfuerzo en una
competencia justa! Es lo menos que puedo hacer.” “¡Hermana!”
Llamó Naruru acercándose, “¡Apresúrate, tienes un concurso que
ganar!” “Ojalá
tuviera tu confianza.” Respondió Naru con pocos ánimos. “Eso
no sonó bien, ¿qué pasa?” Le preguntó Sara. “Estoy
algo asustada.” Admitió Naru, “Minako es mucho mejor que yo.” “¡No
digas eso!” Le regañó Naruru, “Tú eres tan buena como ella y sé
que ganarás!” “Tu
hermana tiene razón, las dos son igual de hábiles.” Dijo Sara, “¡No
te rindas ahora!” “Te
apoyamos de verdad.” Agregó Carlos, “Eres parte del grupo y no te
dejaremos sola.” “Carlos
tiene razón, estaremos animándote.” Terminó Keigo. “¿Ya
escuchaste a tus amigos? ¡No estás sola!” Exclamó Naruru, “¡Y
recuerda que también me tienes a mi!¡Ahora ve allá y haz tu mejor
esfuerzo!” Naru
sonrió y sintió que su confianza regresaba, “Sí. ¡Te lo prometo
hermana, también a ustedes amigos! No sé si logre ganar, pero sé que
Minako no tendrá un rival débil.” Dicho esto, la joven Osaka caminó
hacia la pista de baile, llena de una nueva determinación. Minako
y Naru se encontraron a la entrada de la pista de baile. A pesar del
alboroto alrededor, para ellas todo parecía estar en silencio. Ambas
sabían que tendrían que disputarse la final, pero no fue sino hasta
ese momento que en verdad comprendieron que tendrían que competir con
alguien a quien apreciaban como amiga. “Bien,
¿qué te parece?” Dijo Naru, “Las dos llegamos a la final.” “Justo
como prometimos.” Respondió Minako ofreciéndole la mano a su rival,
“Hagamos lo mejor en la competencia, ¿de acuerdo?” “Por
supuesto.” Aceptó Naru, tomando la mano de Minako, “No podría ser
de otra forma.” Segundos
antes de que Naru y Minako subieran a la pista, Usagi las detuvo. “¿Qué
sucede Usagi?” Preguntaron las dos concursantes al mismo tiempo. Usagi
se veía un poco preocupada, “Sé que esto debe ser difícil para
ustedes.. y yo sólo quiero decirles que las dos son mis amigas y que
las apoyaré a ambas con todo el corazón. Por favor, hagan su mejor
esfuerzo y no dejen que esta situación las afecte.” “No
te preocupes Usagi.” Respondió Minako, “Estamos tranquilas, de
verdad.” “Es
sólo un concurso.” Completó Naru, “Nuestra amistad no se romperá
por esto.” “¡MINAKO
Y NARU!” Llamó el anunciador de nuevo “¡YA SUBAN A LA PISTA!” “Chicas.
Esperen un poco.” Minako
y Naru se detuvieron de nuevo y se encontraron con Sara D’Neige. La
maestra les sonreía, “Ustedes son las mejores alumnas de mi escuela y
no me importa quien de ustedes gane, yo ya estoy muy orgullosa de las
dos. Ahora vayan y diviértanse como compañeras, ¿de acuerdo?” “Cuente
con ello maestra.” Dijo Minako con una sonrisa. “¿Vamos
ya?” Preguntó Naru, “El anunciador está perdiendo la paciencia.” “Sí,
vamos.” Respondió Minako. Juntas, las dos amigas entraron a la pista
de baile, decididas a dar su mejor esfuerzo durante cada minuto de la
final. “¡AL
FIN!” Gritó el anunciador, “¡Nuestras dos finalistas han decidido
entrar a la pista! ¡Ahora escuchen con atención, para las finales
haremos una modificación a las reglas!” “Modificación?”
Se preguntó Minako cuando llegó a su lugar. “¿En
qué consistirá?” Murmuró Naru para sí al ocupar su sitio. “El
cambio es este: Durante la canción, cada una tendrá la oportunidad de
realizar un solo en donde demostrarán lo mejor de sus movimientos para
acumular más puntos. En sus hologramas aparecerá la señal para que lo
comiencen, ¡asegúrense de no desaprovecharlo!” “¿Pero
qué haremos mientras?” Preguntó Naru. “Sus
hologramas dejaran de transmitir indicaciones. Tendrán que esperar.”
Respondió el anunciador, “Pueden hacer lo que sea, siempre y cuando
no interrumpan a su contrincante.” “No
suena tan difícil.” Comentó Minako. “¡Pero
ya no perdamos más tiempo!” Gritó el anunciador, “¡A BAILAR!” Y
así, la música comenzó. En esta ocasión, la canción fue la popular
‘Raishiku Ikimashu’, cuyo ritmo suave y agradable fue un muy
agradecido cambio por parte de ambas finalistas que compartieron una última
mirada y una última sonrisa antes de enfrentarse para decidir quién
ganaría. Minako
agradecía la suerte de que la canción elegida para la final no fuera
algo en extremo rápido o complicado pues eso le daría más oportunidad
de lucir su técnica de baile. Aún no había fallado ningún paso, y
estaba usando movimientos más vistosos que en sus turnos anteriores,
pero para su sorpresa, Naru mantenía un puntaje prácticamente igual al
suyo. Mientras combinaba un giro con su siguiente movimiento, Minako
decidió dejar la preocupación a un lado y sólo entregarse a la música
dando su mejor esfuerzo. Al fin y al cabo no podía hacer más. Justo
como Naru lo esperaba, Minako mantenía un puntaje casi perfecto. No había
transcurrido mucho de la canción y aunque seguir los pasos no era
problema, mantenerse al nivel de su oponente sí lo era. Pero eso no
desanimó a Naru, ya que para ella era un reto que la inspiraba a usar
movimientos cada vez mejores para no quedarse atrás. Eso la preocupaba
pero de pronto, recordó el consejo de la maestra Sara y decidió que
todo iría mejor si trataba de divertirse mientras bailaba. Al hacer
eso, Naru logró alejar su miedo y desesperación y pudo dedicarse de
lleno a la música, haciendo su mejor esfuerzo. Era todo lo que podía
hacer. Minako
estaba pensando en combinar dos distinto movimientos, pero de pronto,
recibió la señal para iniciar su solo. Eso la tomó ligeramente por
sorpresa, pero no intervino con lo que planeaba hacer y en lugar de usar
sólo parte de la rutina, la utilizó casi entera. Cuando
el solo de Minako comenzó, Naru se detuvo y se unió al público para
animar a su amiga, “¡Sigue adelante Minako¡ ¡Lo estás haciendo muy
bien!” Animada
por las palabras de Naru y la respuesta del público, Minako terminó su
solo con un giro y un pequeño salto adelante que le generaron una ovación
increíble. Naru sonrió, Minako había estado espléndida y había
conseguido tal cantidad de puntos que sería casi imposible para ella
superarla. En ese preciso instante, la señal para que Naru comenzara su
solo apareció y la joven Osaka lo inició con un movimiento que
enlazaba tres pasos distintos, lo que le valió un aplauso fenomenal por
parte del público. “!Animo
Naru!” Exclamó Minako, “¡Eres genial!” Al
escuchar que Minako la animaba y la reacción del público, Naru decidió
terminar su solo combinándolo con el ultimo movimiento de su rutina
favorita; lo que le ganó una ovación mucho mayor a las que había
recibido un poco antes. En cuanto terminó el solo de Naru, ambas
participantes volvieron a recibir indicaciones en sus hologramas y
continuaron bailando. Naru sonreía, como lo imaginaba, no pudo superar
a Minako, pero había igualado el puntaje y la ganadora no se decidiría
sino hasta el último segundo. La
joven Aino sabía que la canción estaba por terminar, y también sabía
que estaba empatada con Naru. Enfrentarla había sido muy divertido,
pero ella en realidad deseaba ganar. En especial porque se lo había
prometido a su amigo Artemis y no quería fallarle. Pero Naru era en más
hábil de lo que había creído. Para cada cosa que ella intentara, la
joven Osaka tenía una respuesta. Ya quedaban sólo unos pocos segundos
y todo parecía indicar que el resultado final sería un empate. Minako
no quería perder y estaba comenzando a perder la concentración;
entonces, en medio de su confusión. recordó algo que Artemis le dijo
esa mañana: “¡Cálmate!”Le había dicho el gato, “¡Aún
hay tiempo! Primero concéntrate en lo más importante.” Minako
se calmó al recordar esas palabras. Su mente se había aclarado y en
una fracción de segundo supo que hacer. Era una locura, pero tenía fe
en que funcionaría. Minako terminó la canción usando un movimiento
que ella misma había inventado y que nunca usaba porque era algo extraño
y sin embargo funcionó, pues logró opacar el movimiento que Naru usó
para cerrar la canción. La
música terminó. Hubo silencio. Entonces, como una ola estrellándose
en las rocas, el público enloqueció, algunos apoyaban a Minako y otros
a Naru, pero aún no decían el resultado. Luego de casi un minuto, el
anunciador llamó a todos a guardar silencio, “¡Los jueces ya
decidieron quién será el ganador.” Comenzó, “La ganadora
es....” “¡Diga
ya!” Exigió Usagi desde su lugar, los nervios la estaban matando. “...¡AINO
MINAKO con NOVENTA Y NUEVE PUNTOS!” Gritó el anunciador, “¡Es el
puntaje más alto a nivel nacional que tenemos registrado! ¡Pero eso no
es todo, Osaka Naru logró hacer NOVENTA Y OCHO PUNTOS!¡Es increíble!” La
emoción que invadió Coin Land era indescriptible, Naru y Minako se
abrazaron, el público rugía y el grupo formado por Usagi y las demás,
así como Wakagi y los muchachos no dejaban de gritar porras para ambas.
“¡Felicidades
Minako!” Exclamó Naru, feliz de que todo hubiera terminado. No se
sentía triste por haber perdido. Al contrario, se sentía tranquila y
orgullosa de sí misma por haber dado su mejor esfuerzo, “De verdad te
mereces el primer lugar, ¡Eres la mejor!” “¡Gracias
Naru! ¡Pero tú también estuviste fantástica! ¡Sí que me hiciste
sudar!” “Cierto
Mina, pero no fui capaz de ganarte. De cualquier modo, me alegra que
seas tú quien ganara el concurso. Si alguien tenía que ganarme, me
alegra que hayas sido tú.” El
anunciador y los tres jueces se acercaron a las dos concursantes, dos de
ellos cargaban pequeños trofeos, uno dorado y el otro color plata. “¡Felicidades!”
Dijo el anunciador cuando estuvo junto a ellas, “Las dos son increíbles,
¡han incluso superado el record de noventa y siete puntos de Eiji
Okamura! ¡Apuesto que eso hará más interesante el duelo de nuestra
ganadora en contra del campeón Okamura el mes entrante!” Uno
de los jueces se acercó y le entregó a Minako el trofeo dorado, “¡Felicitaciones
por ganar el primer lugar de nuestro concurso!” Dijo con una sonrisa. “¡Muchas
gracias!” Respondió Minako admirando la pequeña estatuilla dorada. “También
queremos felicitarte a ti. ¡Bailaste muy bien!” Dijo otro juez al
entregarle a Naru el trofeo plateado. Naru
aceptó la estatuilla plateada, “¡Gracias!” Respondió. El
último de los jueces tomó el micrófono de las manos del anunciador,
“¡Saludos!, ¡Soy el representante de Jumperade!” Exclamó, “¡Quiero
agradecerle a todas las personas que han venido hoy!, ¿Se han
divertido?” “¡SÍIIII!”
Respondió el público con un grito. “¡Excelente!”
Contestó el juez, “¡Como ya saben, el premio al primer lugar es un
contrato para hacer tres comerciales para nuestra compañía!” El
hombre hizo una pausa, “Pero al ver la excelente habilidad de estas
dos jóvenes, yo y los demás jurados hemos decidido que... ¡Ambas
merecen compartir el primer premio!” Minako
y Naru se miraron entre sí, eso era algo que no esperaba ninguna de las
dos. Pero Minako reaccionó de inmediato y abrazó a Naru, “¡¿Escuchaste
Naru!? ¡Estaremos juntas en los comerciales!” “Pero...”
Balbuceó Naru, “Tú ganaste el concurso, yo no debo de...” “¡No
digas que no!” Exigió Minako, apretando su abrazo , “Tú también
mereces esto!” Naru
Osaka sonrió y abrazó también a Minako, “Está bien, saldremos
juntas en los anuncios de Jumperade ¡y los haremos inolvidables!” “¡Exacto!
¡Eso es lo que quería escuchar!” Exclamó la joven Aino, “¡Será
fantástico!” *** Ya
eran casi las ocho de la noche y Rei y Keigo subían por los escalones
del templo Hikawa. Habían pasado casi todo el día juntos, pues luego
de que el concurso terminó y se anunció que Minako y Naru compartirían
el primer lugar, el grupo había organizado una celebración en uno de
los restaurantes del primer piso del Centro Comercial Tokio y no se había
terminado hasta media hora antes. Rei
miró de reojo a Keigo mientras caminaban. Tenía que admitir que había
sido gracias a él que se había divertido tanto ese día, ya que como
Usagi, Minako y Makoto estuvieron ocupadas con sus respectivas parejas,
si ella no hubiera tenido a Keigo acompañándola, lo más seguro es que
se habría sentido relegada. Y no sólo eso, Keigo le demostró que era
capaz de llevarse muy bien con sus amigas y Mamoru, lo cual era muy
importante para ella, sólo que quizás Keigo se llevaba con ellos
demasiado bien. Rei suspiró al recordar el amplio repertorio de chistes
que su prometido conocía, aunque debía admitir que incluso ella terminó
riendo al escucharlos. Había sido en verdad un día muy agradable, pero
le preocupaba que Keigo comenzara a pensar que ella deseaba llevar el
compromiso en serio, y eso era algo de lo que Rei aún no estaba muy
segura. “Keigo.”
Dijo Rei cuando llegaron a las puertas de la casa, justo detrás del
templo, “Te agradezco mucho que me hayas acompañado hoy, me divertí
mucho contigo...pero...” “¿Qué
sucede?” Preguntó Keigo, confundido por las palabras de Rei. “Nada...es
que...” Rei volvió a sentirse nerviosa, odiaba eso. Keigo era la única
persona que lograba hacerla sentirse así de vulnerable sin siquiera
hacerle algo. Esforzándose para dominar sus nervios, logró continuar,
“No quiero que pienses que hoy tuvimos una cita.” “Bueno,
ya me lo habías dicho antes; así que no lo había pensado.” Respondió
él “Pero eso no cambia el hecho de que pasamos un buen rato juntos,
¿verdad?” “No,
claro que no.” Rei volvió a sentirse nerviosa así que decidió que
era hora de terminar con la conversación, “...Creo que será mejor
que entre, buenas noches Keigo.” “Buenas
noches.” Respondió el joven Hikazan y se alejó de la puerta, pero
luego de unos cuantos pasos, agregó, “Rei, estoy comenzando a pensar
que me gustas de verdad.” “¿Qué
has dicho?” Preguntó ella avanzando un paso hacia él. “Lo
que escuchaste. Tenía que decirlo.” Dijo él sin detenerse, “Te
llamo luego, ¿está bien?” “Sí,
está bien.” Respondió la joven Hino mientras observaba cómo Keigo
se alejaba hasta desaparecer. Pasaron
varios minutos hasta que Rei entró a su casa; no estaba segura de qué
pensar acerca de las últimas palabras de Keigo. No hizo mucho caso
cuando su abuelo le dio las buenas noches y luego de responderle de
manera automática, la joven Hino subió a su habitación. Una vez
dentro de la intimidad de su recámara, Rei abrió la ventana y se
dispuso a ponerse su pijama. Cuando se había quedado sólo con la
camisa, sus ojos se encontraron con el silbato de juguete que Keigo le
regaló. Ver ese juguete le despertó a Rei una emoción que no quería
sentir en ese momento y apartó la mirada, pero se encontró con la
vieja fotografía que la madre de su prometido le había dado pocos días
atrás. “Parece
que no puedo escapar de ti, ¿no es así Keigo?...lo que me preocupa es
que...creo tú también estás empezando a gustarme. Pero es difícil.”
La joven Hino cerró los ojos para evitar recordar lo que había pasado
entre ella y Kaido, “Lo único que quiero es nunca más tener que
sufrir por querer a alguien...duele demasiado.” Murmuró mientras
tomaba la fotografía y la apretaba contra su pecho. *** La
moto se detuvo frente a una reja de acero bastante alta que impedía el
paso. Carlos apagó la máquina y luego de que Makoto se quitara el
casco y bajara de la motocicleta, él hizo lo mismo. El joven Gokai se
estiró y caminó hasta la reja, admirando los jardines y el edificio
que podía verse más allá, “Así que ésta es tu preparatoria.”
Dijo él asombrado, “Es más grande de lo que pensaba.” “Y
a partir del próximo lunes también tú estudiarás aquí.” Contestó
Makoto abrazando a Carlos por el costado, “Es la primera vez que de
verdad quiero que comiencen las clases.” “Honestamente,
entrar a esta escuela me pone nervioso.” “¿Pero
por qué?” Preguntó ella, “Los alumnos y los maestros son muy
agradables.” “No
es eso.” Respondió Carlos, “No sé si tengo el nivel adecuado para
estar aquí.” Makoto
rompió el abrazo y dio un paso para estar frente a su novio, “¡Pero
me dijiste que pasaste el examen de admisión! Vamos, deja a un lado el
pesimismo, te irá bien.” “Eso
espero, la lista de las materias que llevan ustedes es muy diferente a
la que yo tenía.” “No
te preocupes guapo.” Le dijo Makoto, dándole dio un beso en la
mejilla, “Te ayudaré a adaptarte, y si necesitas ayuda con las
clases, tengo una amiga que es un as para el estudio. Estoy segura de
que si necesitas ayuda, ella aceptará darte una mano.” “Eso
sería muy amable de su parte.” Respondió Carlos, que entonces miró
su reloj, “¿Nos vamos ya? Desde lo que pasó en el club Techno Spider
mis padres no me dejan llegar después de las nueve.” “No
sabía que tenías toque de queda en tu casa.” “Pues
sí. Es el premio por ayudar a que capturaran esa banda de Yakuza.”
Respondió él mientras se ponía su casco y encendía la motocicleta. “Te
merecías un castigo más severo.” Dijo Makoto mientras se ponía su
casco y se sentaba detrás de él, “¿Tienes idea de lo mucho que me
preocupé por ti esa noche?” “Puedo
imaginarlo.” Respondió el joven Gokai, “Pero no hablemos más de
eso, ¿sí?” “De
acuerdo.” “Agárrate
fuerte.” Makoto
obedeció y enlazó sus dedos sobre el pecho de Carlos, “Listo.”
Anunció, un segundo después, la motocicleta arrancó. “Tu
escuela se ve bien.” Comentó Carlos, “Creo que sí me gustará
estudiar allí.” “Nuestra
escuela.” Le corrigió Makoto, “Recuerda que ya eres un alumno.” Poco
después, la pareja llegó al departamento de Makoto. “Ya estamos aquí.”
Comentó Carlos mientras revisaba su reloj, “Parece que no podré
quedarme a hablar contigo, ya son casi las nueve. Qué mal que mis
padres me castigaron con este ridículo toque de queda.” “No
te quejes Carlos, tú mismo te lo buscaste.” Le recordó Makoto
mientras bajaba de la motocicleta, “Luego de hacer que tus padres y yo
nos preocupáramos tanto por ti, es lo menos que te mereces.” “Sabía
que te pondrías de su parte.” Se quejó el joven Gokai, “Pero
supongo que tienes razón. Aunque debes aceptar que enfrentarme a Tarántula
ayudó a terminar con los Yakuza que molestaban a la gente de mi
barrio.” “Cierto.”
Dijo Makoto, “Pero deja eso a un lado, que no quiero terminar mal el día.” “Está
bien, de cualquier modo a mi tampoco me gusta recordar esa noche.” Carlos
sonrió mientras se acomodaba el casco y encendía su vehículo, “En
fin, será mejor que me vaya antes de que se me haga más tarde, no
quiero más problemas con mis padres.” Makoto
se acercó, “Te agradezco que me hayas acompañado Carlos. Sin ti no
me lo habría pasado tan bien el día de hoy.” “Y
yo te agradezco que me invitaras.” Respondió el joven Gokai, “Debo
irme ya linda. Te veré mañana.” “Espera
un poco.” Pidió Makoto al tiempo que le quitaba el casco a su novio y
lo colocaba sobre el asiento de la motocicleta “Aún no te despides de
mi, ¿qué tal si me das un beso de buenas noches?” “Eso
me gustaría.” Ella
sonrió y posó sus labios sobre los de él. El beso que inició Makoto
fue suave y muy cálido, más enfocado a transmitirle lo que ella sentía
por él que a demostrar deseo, por lo tanto, no la sorprendió que
cuando el beso terminó, Carlos la abrazara firmemente y que reposara su
rostro junto al de ella. “Te
quiero mucho Makoto.” Le murmuró él al oído, “Y estoy feliz de
haberte conocido.” Makoto
sepultó su rostro en el pecho del muchacho que la sostenía. Se sentía
bien al escuchar esas cosas, bastante bien, “Yo también te quiero
mucho Carlos.” Respondió en voz baja, sólo para él. Después
de un rato en que la pareja se contentó con estar en los brazos del
otro, Carlos rompió el abrazo, “Lo siento linda, ya me tengo que ir.
Desearía quedarme contigo, pero no creo que sea buena idea hacer enojar
a...” “...Tus
padres, lo entiendo.” Completó Makoto, su voz un poco triste “Pero
no quiero estar sola.” Esa última frase salió por sí misma de sus
labios, y ya era muy tarde para cambiarla. Carlos
no respondió, pero parecía pensativo, “Ven conmigo entonces. No
tienes por qué quedarte aquí; puedes estar con nosotros esta noche, a
mis padres les encantará tenerte.” “¿Me...
estás invitando a dormir a tu casa?” “¿No
quieres? Así no estarás sola.” Makoto
sonrió, “Sí, sí quiero ir. Espera un poco, iré por algo de
ropa.” *** Sara
y Naruru esperaban mientras Naru llamaba por el intercomunicador,
“Parece que ese muchacho está interesado en ti.” Comentó la
maestra sólo por decir algo. “¿El
hermano de Usagi?” Respondió Naruru, “Ya sabía que le gusto desde
que éramos niños, pero apenas hoy intentó acercarse; es algo tímido
¿verdad? Incluso acepté salir con otro chico para ver si poniéndolo
celoso hacía algo.” Dijo Naruru, “Pero ese otro chico desapareció
y no he vuelto a verlo.” “Bueno,
los muchachos a veces son así.” Comentó Sara, recordando que el niño
que Naruru mencionaba era el mismo que había tratado de matarla a ella
y a su hermana mayor unas semanas atrás mientras estaba poseído por un
parásito. “Eso
es verdad.” Aceptó Naruru. “Mamá
no tardará en enviar el elevador.” Avisó Naru regresando con su
maestra y su hermana, “Venga maestra Sara, el ascensor está por acá.” Sara
se limitó a seguir a las hermanas Osaka mientras pensaba en lo que tenía
que hacer luego de dejarlas en su casa. “¡Ya
no puedo esperar para mostrarle el trofeo a mamá!” Exclamó Naruru
mientras subían por el elevador; extrañamente, la menor de las
hermanas Osaka no parecía muy cansada, ni siquiera después de la reunión
que habían tenido con los demás luego del concurso. “Apuesto
que se sorprenderá mucho.” Dijo Naru, “¿Imaginas la cara que pondrá
cuando le diga que apareceré en los comerciales de Jumperade? ¡Aún no
puedo creer que decidieran compartir el primer premio!” “El
jurado tomó la mejor decisión.” Dijo Sara, “Tú y Minako prácticamente
empataron, sus habilidades están al mismo nivel.” “Eso
no lo sé, pero yo estoy feliz por la manera en la que se dieron las
cosas.” Aceptó Naru. “¡Harías
mal en no estarlo!” Le reprendió Naruru. “Me
habría gustado que Umino me viera.” Suspiró Naru. Naruru
se cruzó de brazos, “Supongo que sí, pero él no está aquí. Ya ni
modo.” “¿Umino?”
Preguntó Sara, “¿Es el nombre de su padre?” “Es
el ex-novio de mi hermana.” Respondió Naruru, “Hace poco se mudó a
Inglaterra.” “No rompimos en malos términos, ¿sabe?” Agregó
Naru, “De hecho aún nos escribimos. Es sólo que tuvo que irse a
Europa debido al trabajo de su padre.” “Imagino
que lo extrañas.” Dijo Sara, “Puedo entenderte; yo estoy pasando
por una situación similar. Mi prometido sigue en Francia, y yo estoy
aquí.” “¡Anímense
las dos!” Exclamó Naruru al notar que tanto su hermana como su
maestra comenzaban a deprimirse, “¡Este momento es para celebrar!” “Ella
tiene razón.” Dijo Sara sonriendo, “Hoy conseguiste algo muy
importante Naru.” “Cierto.”
Respondió Naru recuperando su sonrisa. “Mire, ya llegamos a nuestro
piso. ¡Vamos a mostrarle a mamá el trofeo!” “Seguro
que se sentirá orgullosa.” Dijo Sara, dejando a las hermanas Osaka
adelantarse un poco. Ella sólo pensaba saludar a la madre de las chicas
y luego salir para atender sus asuntos, pero la mamá de Naru logró
convencerla de quedarse a platicar con ellas.
Más
tarde, Sara D’Neige conducía su auto pensativa por las calles. Estaba
feliz porque sus dos mejores alumnas habían obtenido los lugares más
destacados en un concurso de baile tan importante y sus compañeros habían
logrado destruir un nido de parásitos; el balance del día era bastante
positivo. Cuando llegó al punto de reunión que había fijado con Keigo
y Carlos, no se sorprendió al ver que ya la esperaban. “Te
retrasaste.” Comentó Keigo; él había sido el primero en llegar y ya
llevaba su uniforme de guardián, “Espero que no hayas tenido algún
problema.” “Vamos,
recuerda que yo también me retrasé.” Comentó Carlos, también ya
vestido como guardián, “Si no hubiera salido a escondidas, aún no
estaría aquí.” El guardián gris evitó mencionar que Makoto estaba
durmiendo en su casa, aunque no tenía porque decirlo. “La
madre de Naru me invitó a cenar. No pude negarme.” Explicó Sara. “Y
hablando de Naru, ¿dónde está ella?” Preguntó Carlos. “No
vendrá. Tuvo un día pesado y pensé que se merecía descansar.” Dijo
la maestra D’Neige, “Ya la llevaremos con nosotros la próxima
vez.” “¿Esto
no afectará su entrenamiento?” Preguntó Keigo. “No.”
Respondió Sara, “Naru ya sabe lo básico pero aún no está lista
para un combate.” “Bien,
¿a dónde iremos?” Preguntó el guardián rojo. “A
los muelles.” Respondió Sara mientras levantaba su mano derecha, que
comenzó a brillar con un resplandor plateado. Cuando el resplandor se
terminó, Sara había cambiado sus ropas por el ajustado traje y
gabardina blancos que usaba como guardián, “Manténganse alerta
cuando lleguemos.” advirtió la guardián blanca, “Hay muchos parásitos
allí.” “Claro.”
Contestó Keigo. “Por
supuesto.” Respondió Carlos. “Muy
bien, síganme.” Indicó Sara y saltó al techo más cercano. Sus
dos compañeros se miraron y sin decir nada, se apresuraron a seguirla. *** La
celebración había sido más animada y había durado más tiempo de lo
que Usagi se esperaba, pero eso se debió a la presencia de los
muchachos y la maestra Sara. No es que el grupo hubiera hecho escándalo,
pero como ella siempre había celebrado sólo con el resto de las chicas
y Mamoru, fue un cambio muy drástico el estar con tanta gente y ocupar
una mesa tan grande en el restaurante que eligieron para celebrar el
triunfo de Minako. Pero en verdad le había gustado, fue agradable
escuchar a alguien más bromear aparte de Minako o Makoto. De hecho, fue
el prometido de Rei quien consiguió decir las mejores bromas de la
noche. Claro que Usagi notó cómo Rei se había molestado al principio,
pero ella también terminó riendo ante las ocurrencias de Keigo. El
grupo no tardó en separarse luego de salir del restaurante, siendo
Makoto y Carlos los primeros en retirarse, seguidos de Rei y Keigo y
casi de inmediato se retiraron Naru, su hermana y la maestra Sara. Al
final, sólo Usagi y Minako, con sus respectivas parejas, se habían
quedado en el centro comercial; claro, Shingo también estaba allí,
pero ahora que se había quedado solo, se veía algo incómodo. Usagi
recordó que tenía que ir a ver a Setsuna esa noche, pero sería
complicado para ella hacer eso si llegaba directamente a su casa, así
que decidió dormir con Minako para no tener que explicarle nada a sus
padres. Sólo había un problema: Shingo. Usagi no tenía idea de cómo
dejarlo en casa así nada más. “Shingo...”
Llamó Usagi luego de ponerse de acuerdo con Minako para quedarse a
dormir con ella, “¿Te molestaría si Mamoru te lleva a casa? Yo iré
a dormir con Minako.” Shingo
miró a Mamoru, que parecía tan sorprendido como él, “Por mi está
bien.” “Perfecto.”
Contestó Usagi, “¿Y tú Mamoru, ¿verdad que no te molesta llevar a
Shingo?” “No,
para nada.” Contestó Mamoru resignándose. “¡Fantástico!”
Exclamó Usagi, que entonces llamó a sus padres para ponerlos al tanto
de lo que pensaba hacer. Luego, se despidió de Mamoru con un beso un
poco más intenso de lo normal para compensarlo por terminar su cita tan
abruptamente, además de murmurarle al oído que podrían salir solos
otro día, y quizás tomar ese crucero por la bahía al que no habían
podido ir antes. Cuando
Mamoru y Shingo se fueron, Usagi y Minako siguieron a Wakagi hasta su
auto, ya que el detective sería quien las llevaría a la casa de la
joven Aino. El detective no estaba maravillado con el cambio de planes,
ya que había esperado poder pasar algo de tiempo a solas con Minako.
Pero no le molestaba hacer esto, sospechaba que era un asunto de las
Sailor Scout y él no les estorbaría si ése era el caso. No mucho
después, el detective dejaba a Minako y a Usagi en la casa de la
familia Aino. Minako se despidió de él con rapidez, y sólo le dio un
rápido beso en la mejilla antes de subir hasta la puerta. El detective
sonrió y con un suspiro, entró a su auto y se marchó. Sabía que
tener a una Sailor Scout como su novia sería difícil, pero no pensó
que las dificultades llegarían tan pronto. Había
pasado ya casi una hora desde que las dos amigas llegaron a la casa de
Minako y ahora Usagi se sentaba en silencio en una silla en la habitación
de Mina. Los dos gatos, que habían llegado poco antes, dormían en las
almohadas de la cama, mientras Minako se sentaba en un cojín. La joven
Aino estaba bastante feliz; sus padres, como era de esperarse, hicieron
un alboroto fenomenal al enterarse de que Minako había ganado el primer
lugar. De hecho, el trofeo de Minako estaba ahora en un lugar de honor
en la sala. “Mamoru
fue muy amable al llevar a Shingo a mi casa.” Comentó Usagi para
romper el silencio, no estaba incómoda, pero tenía ganas de conversar
un poco. “A
mi me sorprendió que él y Wakagi se llevaran tan bien, ahora se diría
que son los mejores amigos.” Respondió Minako, “Y eso que Wakagi es
mayor que todos nosotros.” “Es
broma, ¿no?.” Preguntó Usagi, “Tu novio se ve de la misma edad de
Mamoru, quizás sólo un par de años mayor.” “¿Recuerdas
al monstruo que enfrentamos en los muelles?” Preguntó Minako. Usagi
asintió. “Esa
cosa rejuveneció a Wakagi para divertirse.” Explicó Minako, “Claro
que no me estoy quejando, ahora está más guapo que cuando lo conocí
hace como cuatro años.” “Sí,
tu detective es apuesto.” Admitió Usagi, “Pero no tanto como mi
Mamoru.” “¿Insinúas
que mi novio no es tan guapo como el tuyo?” Respondió Minako
siguiendo el juego de su amiga, “¿Quieres que los comparemos punto
por punto?” “No
hará falta.” Contestó Usagi riendo un poco, “Y...¿qué opinas de
Keigo y Carlos?” Minako
sonrió, “Pues...” La conversación que ambas amigas tuvieron sobre
los muchachos se alargó bastante después de eso. “Lástima
por Ami, ¿no?” Dijo Minako luego de que ella y Usagi agotaran el tema
de los chicos. Mina acababa de recordar que su madre le mencionó que
Ami había llamado, “Sólo ella faltó al concurso.” “Me
imagino que su día estuvo más pesado que de costumbre en la
biblioteca.” Respondió
Usagi mientras se ponía de pie, “Pero ya le preguntaremos mañana.” “¿Ya
te vas?” Preguntó Minako, “Creí que esperarías hasta pasada la
media noche.” “Volveré
pronto.” Aseguró la joven Tsukino, “Sólo iré a visitar a
Setsuna.” “¿Te
acompaño?” Ofreció Minako, “Sé que Luna irá contigo, pero
podemos ir las dos.” “Te
lo agradezco, pero que no es buena idea. Ya sabes lo difícil que es
sacarle información a Setsuna; si ve que estás conmigo tal vez no
quiera contarme todo lo que sabe acerca de la llave de plata.” Explicó
Usagi. “Sé
a lo que te refieres.” Contestó Minako un poco desanimada, “Bueno,
esperaré a que regresen, así podrán contarme todo, ¿de acuerdo?” “De
acuerdo.” Aceptó Usagi, que entonces acarició el lomo de Luna para
despertarla. La gata dormía junto a Artemis y se veía agotada, lo cual
era obvio pues el par de felinos habían estado trabajando todo el día.
Usagi no la habría despertado de no haber sido porque Luna insistió en
que le avisara cuando fuera a ver a Setsuna para poder acompañarla. “¿Qué
sucede, ya es hora?” Dijo Luna después de bostezar. “Sí,
pero si quieres puedes
quedarte aquí y descansar.” Le sugirió Usagi. “Estoy
bien, ya descansé lo suficiente.” Contestó la gata, “Además, dije
que te acompañaría cuando visitaras a Setsuna.” “Lo
sé.” Respondió Usagi, “Muy bien, partamos de una vez.” “Hasta
en un rato.” Se despidió Luna. “No
nos tardaremos.” Agregó usagi. “Vayan
con cuidado.” Dijo Minako. Luego
de transformarse en Sailor Moon para poder salir de la casa de Minako
sin que los señores Aino se dieran cuenta, Moon tomó a Luna en brazos
y saltó por la ventana. “¿Así
que Ami no estuvo con ustedes?” Preguntó la gata. “¿Cómo
lo supiste?, ¿No estabas durmiendo?” Dijo Sailor Moon algo
confundida. “Sólo
descansaba.” Respondió Luna, “No estaba dormida por completo.” “Minako
me dijo que Ami tuvo que quedarse a trabajar hasta tarde.” Dijo Moon. “A
veces así sucede.” Comentó Luna, “¿Cómo habrá pasado el día?”
*** Ami caminaba pensativa por los pasillos de la biblioteca, no estaba segura de que era buena idea verlo de nuevo. No después de lo que había sucedido la noche anterior. Aún así, pronto llegó al cuarto de archivo. Él ya estaba allí, pegando etiquetas en los nuevos libros. “Hola Kuro.” Saludó Ami un poco nerviosa. Kuro
se alegró al verla, “¡Ami! ¡Pensé que ya no vendrías!” Ella
sintió que su corazón se aceleraba un poco, “Bueno...No podía
faltar hoy. Es nuestro último día de voluntarios.” Dijo, agradecida
que él no mencionara la noche anterior. “Cierto.
Es el último día. Bien Ami, ¿quieres ayudarme?” “Sí.”
Aclarando su garganta, la joven Mizuno cambió de tema, “Aquí tengo
tu saco.” Dijo sacándolo de una bolsa de plástico, “No te
preocupes, no dejé que se arrugara.”
Kuro
caminó hasta ella y tomó la prenda, “Muchas gracias.” Dijo sonriéndole,
“¿Podrías acomodar esos libros por letra y área, por favor?” “Claro.
Me encargaré de eso.” Un poco después, Ami dejó a un lado lo que
hacía y miró a Kuro. Parecía haberse olvidado de ella. Habría
apreciado mucho que le hablara. A fin de cuentas, ellos siempre
conversaban mientras trabajaban juntos. “No
entiendes nada,¿verdad Ami?”
Es normal que no te hable.” Pensó, “¿Acaso no lo
rechazaste cuando intentó decirte lo que siente por ti? ¿Qué
esperabas que hiciera, tontita?, ¿Que volviera a abrazarte y hacerte
sentir segura como lo hizo anoche?” Ami suspiró y, dejando de
mirar a su compañero, regresó a su labor. Una
hora más tarde, Ami y Kuro estaban ocupados colocando los libros en el
lugar que les correspondía. “Análisis de redes dos.” Pidió Kuro..
“Aquí
tienes.” Dijo Ami y anotó en la hoja de control que el libro había
sido colocado en el lugar correcto, “Kuro, ¿por qué me dejaste
dormida ayer? Pudiste llevarme a la mesa de mi madre.” Preguntó ella
de repente. “No
me pareció buena idea despertarte.” Dijo él, “Pásame el tomo tres
de Arte Egipcio.” Ami
hizo la marca en la hoja de control y le alcanzó el libro, “¿En
serio? ¿Eso es todo?” “Sí
pensé en cargarte hasta la mesa de tu mamá, pero me asustó la idea de
que despertaras mientras hacía eso.” “No
te habría hecho nada.” Comentó Ami, quien notó que Kuro se había
puesto nervioso y que trataba de disimularlo, “¿Por qué habrías de
asustarte si me despertaba?” “Pásame
Arte Europeo contemporáneo.” Dijo él evitando la pregunta. “Toma.”
Dijo Ami pasándole el libro y haciendo la anotación correspondiente,
“¿Así que tenías miedo de que despertara en tus brazos?” Insistió
a pesar de que le daba vergüenza preguntarle sobre eso. Kuro
se detuvo, la miró y respiró profundamente, “Más bien tenía miedo
de lo que pensaría tu madre si entraba al salón cargando a su hija.” “Mi
madre no se hubiera molestado si le dabas una buena explicación.” “Sí,
claro. Ver a su hija en brazos de alguien que casi no conoce seguramente
le habría parecido perfectamente aceptable.” Dijo él en tono sarcástico. Antes
de que Ami respondiera, su celular comenzó a sonar, “¿Me
disculpas?” “Por
supuesto.” Ami
se alejó un par de pasos y respondió la llamada. Era Minako, “Lo
lamento Mina. No puedo. Tengo mucho trabajo. Si hubieras llamado antes
tal vez habría podido ir, pero ya son las doce y media. De cualquier
modo, te deseo mucha suerte en la competencia.” “¿Algún
problema?” Preguntó Kuro, “Si quieres puedo cubrirte y recoger tu
constancia.” “No
será necesario.” Dijo Ami, “Sigamos trabajando, quiero terminar
esto de una vez.” Ami
y Kuro no terminaron sus labores hasta casi cuatro horas después “¿Qué
tal un juego de ajedrez?” Preguntó él mientras acomodaba el carrito
donde llevaba los libros en su lugar. “Me
gustaría.” Respondió Ami, “Será nuestro último juego aquí en la
biblioteca.” “Pues
vamos al salón de archivo. Te mostraré mi nueva estrategia.” Dijo
Kuro sonriendo. El
tablero pronto estuvo listo. En esta ocasión Ami se había quedado con
las piezas blancas y haría el primer movimiento, por lo que se decidió
por una apertura defensiva. Kuro movió y ella respondió mejorando su
defensa. No quería arriesgarse. Cuarenta y cinco minutos después, Ami
llevaba un peón de ventaja. La joven Mizuno estaba desconcertada, el
juego de Kuro era un total desorden. No fue sino hasta tres jugadas más
tarde cuando notó que en realidad sí había un orden en la forma en
que él movía sus piezas. ¡Pero era increíble! ¡Había formado una
red que bloqueaba todos los ataques que ella conocía!. La joven Mizuno
miró a Kuro con una nueva admiración. “Estás
jugando mejor que las últimas veinte veces.” Dijo él luego de mover
su alfil. “Igual
tú.” Respondió ella. “Es
tu turno.” Ami
movió y la plática fue hecha a un lado. Quince
minutos más tarde, Ami logró romper la red de Kuro y se sintió
aliviada, aunquelo había logrado sólo por casualidad, pues Kuro había
descuidado la parte superior y Ami logró atacar ese lado con un peón. “Te
felicito Ami. Lograste salir de mi trampa” Dijo él luego de replegar
su caballo. “Jaque.”
Anunció la joven llena de satisfacción, colocando su torre ante el rey
de Kuro. “Muy
lista.” Dijo Kuro para luego eliminar la torre de Ami con su rey, “¿Qué
harás ahora?” “Esto.”
Contestó ella y movió, comiendo el alfil de Kuro. Kuro
tomó el caballo de Ami y pasó hasta su rey, “¿Qué opinas de este
contraataque?” Esa
fue una jugada que Ami ya había considerado, “Sólo te ayudará por
un momento.” “Ya
veremos.” Dijo él y sonrió. “Pero
es verdad Kuro.” Dijo Ami, “Espera un poco y verás.” “Vamos
Ami.” Pidió Kuro, “No me hagas esperar y mueve ya.” Ami
suspiró y realizó su jugada. Kuro era el mejor ajedrecista que había
enfrentado y el único que la había vencido más de una vez. La joven
Mizuno notó que él sonreía, ella sonrió también y terminó su
jugada. El resultado fue... “Jaque Mate, Kuro. Te gané.” “Estuvo
bien ganado.” Dijo Kuro, feliz a pesar de la derrota, “Una victoria
sin discusión.” “Gracias.”
Respondió Ami, más tranquila al ver que él no estaba molesto, “¿Sabes
algo? Durante casi todo el juego pensé que no podría ganarte, tu red
era impresionante.” “Pero
lo conseguiste mi querida Ami, y...” Kuro guardó silencio, “Perdón,
olvidé que no debo hablarte así.” “Calma
Kuro.” Respondió ella en voz baja, sus mejillas ligeramente
sonrosadas. Muy en el fondo, Ami había querido escuchar algo así toda
la mañana, “No me molesta si eres tú.” “Pero...ayer
dijiste que...” “Eso
no impide que me hagas un cumplido de vez en cuando, ¿o sí?” “No.”
Respondió Kuro, “Bien Ami, me ganaste. ¿Quieres un premio?” “¿Premio?
No lo sé.” ¿Qué podría pedirle? La imagen de Kuro abrazándola pasó
por su mente, pero Ami la hizo a un lado, no podía pedirle eso. “Ya sé
cual. Acompáñame a la estación del metro y conversemos un rato.” “Como
gustes Ami. Vaya, ¡son casi las seis! No creí que el juego duraría
tanto tiempo.” Minutos
más tarde, Ami y Kuro caminaban juntos, “¿Qué te pareció la cena
de los Morino?” Preguntó ella. “Ya
te di mi opinión ayer. No me agradó mucho y no hay nada que valga la
pena recordar.” “¿En
realidad no hay nada que creas que vale la pena recordar?” Preguntó
Ami. Las palabras salieron solas y cuando reaccionó, ya era tarde. Kuro
le tomó la mano, su toque tan suave como la noche anterior, “Sí. sí
hay algo que no olvidaré; lo que sucedió entre nosotros en la
terraza.” Ella
se separó un poco de él. La agradable sensación del toque de Kuro aún
recorría su piel y subía hasta su hombro, “Yo tampoco lo olvidaré.”
Respondió, “Pero...” El
joven Kizuko la interrumpió, “Espera. Necesito hacer algo.” Sin
decir más, Kuro deslizó su dedo índice debajo de la barbilla de Ami y
la hizo levantar su rostro un poco. “¿Qué
haces?” Preguntó ella sorprendida. La joven Mizuno no tuvo fuerzas
para resistirse o alejarse y eso la asustaba. ¿Acaso él quería
besarla? El cuerpo de Ami tembló ligeramente al pensarlo. No creía
estar lista para eso. Y sin embargo, sabía que no podría detenerlo si
él lo intentaba, “Kuro... no me hagas hacer esto por favor...todavía
no...” “Ami,
no voy a hacerte nada.” Explicó él. Al
verse reflejada en esos profundos ojos negros, Ami sintió de nuevo la
misma intensa sensación de la noche anterior; trató de decir algo,
pero no pudo mas que suspirar. Kuro
se acercó, casi estaba lo bastante cerca como para unir sus labios a
los de ella y si en ese momento lo hubiera intentado, Ami no habría
retrocedido. Pero no lo hizo. Se contentó con mirar el profundo azul de
los ojos de la bella joven que tenía frente a él. Miró hasta que
pareció que encontró lo que buscaba y entonces, dando una última y
suave caricia al rostro de Ami, Kuro se alejó y sonrió satisfecho. “¿Qué-qué
hacías...?” Preguntó una muy sonrojada y nerviosa Ami, “No
entiendo.” “Eso
es un secreto.” Dijo Kuro sonriendo, “Pero pensaba que quizás
podemos vernos. Sólo para hablar, nada más, ¿qué opinas?” “Que
si es sólo para conversar, estará bien.” Murmuró Ami, sus mejillas
aún estaban bastante sonrojadas. “¿Te
parece si nos vemos el domingo aquí a las cinco?” Preguntó Kuro
reiniciando su camino, “Hay muchos lugares a dónde ir a conversar
cerca.” “¿Pasado
mañana? Sí, te veré entonces.” Respondió Ami que comenzó a
caminar también. “Me
alegra que aceptaras.” Dijo él, ya habían llegado a la estación del
metro. “Bueno,
aquí nos separamos. Hasta el domingo Kuro.” Dijo Ami como despedida
mientras bajaba los escalones de la estación. Kuro levantó la mano
para despedirse y la observó mientras se perdía de vista entre la
multitud. Minutos después, él también se marchó pero extrañamente,
el muchacho parecía fundirse entre las sombras mientras caminaba. Cuando
Ami llegó a su casa, lo primero que hizo fue prepararse algo de comer.
Mientras se preparaba un sándwich, su mente le recordó que había
aceptado una cita con Kuro sin pensar en las consecuencias. Claro, le
había dicho que sólo hablarían, pero aún así, se verían de nuevo a
solas y si eso no era una cita, entonces Ami era la reina de Bulgaria.
Las manos de la joven Mizuno se detuvieron, “¿Por qué no pude
decirle que no en ese momento?” Murmuró, “¿Acaso en verdad quiero
verlo?” Ami
sabía la respuesta a su pregunta, pero no se atrevía siquiera a
pensarla, así que se obligó a terminar de prepararse su comida. Cuando
estaba a punto de morder su sándwich algo más llegó a su mente: sus
amigas. Había faltado al concurso de Minako y lo había hecho
deliberadamente. Ami sabía muy bien que pudo haber llegado antes que el
concurso terminara, pero no lo hizo. En vez de ir a ver y animar a su
amiga, había decidido jugar ajedrez con él. Eso la hizo sentirse un
poco culpable, no solía faltar cuando sus amigas se reunían y si lo
hacía, generalmente era debido a que tenía mucho que estudiar. Pero
esta vez, esta vez las había rechazado para estar con un muchacho,
“Supongo que ya no hay modo de cambiar lo que hice.” Suspiró, “Lo
mejor será llamar a Minako para preguntarle cómo le fue en ese
concurso.” Sentada
en la sala, Ami miraba al teléfono, que parecía burlarse de su
indecisión. Nunca había tenido problemas para llamar a sus amigas,
pero en esta ocasión no encontraba el valor para hacerlo. Luego de un
rato, Ami logró tomar el teléfono y marcó los números con rapidez,
por suerte, no tardó en obtener una respuesta; era la madre de Minako. “Buenas
noches señora.” Saludó Ami, “¿Está Minako?” “Aún
no regresa.” Respondió
la señora Aino, “¿Quieres dejarle algún mensaje?” “No. Sólo dígale que la llamaré mañana.” Pidió, “Gracias.” La
joven Mizuno colgó y se hundió en el sofá. Bien, Minako no estaba,
pero al menos había llamado para ver qué tal le había ido en el
concurso; ya se disculparía el día siguiente. *** Usagi,
aún con Luna en brazos, subía por el elevador del edificio donde
estaba la suite de Haruka, Michiru, Setsuna y Hotaru. No habían tardado
mucho en llegar ya que como Sailor Moon, Usagi había podido saltar
entre los techos, ahorrándose bastante tiempo. Estaba terminando de
contarle a su gata todo acerca del concurso de baile, poniendo especial
detalle al momento en que Minako ganó el concurso. “Es una lástima
que tú y Artemis no estuvieran allí.” Dijo al terminar su relato,
“Se perdieron de algo espectacular.” “Sí,
lo imagino. Pero nosotros logramos conseguir datos muy interesantes y
tenemos razones para pensar que hay al menos dos guardianes en la
ciudad.” “Es
extraño que Ami no los haya detectado con su computadora.” Comentó
Usagi. “¡Eso
es lo interesante!” Replicó la gata, “¡Descubrimos que la energía
que podría ser la de los guardianes es tan alta que se sale de la
escala! ¡La computadora portátil de Ami no sería capaz de
detectarlos!” Usagi
pareció intrigada por lo que Luna acababa de decirle, le recordaba
algo, pero no tuvo tiempo de identificar qué era, ya que las puertas
del elevador se abrieron y tuvo que salir al pasillo, “Espero que
Setsuna ya esté en casa.” Dijo la joven Tsukino al tocar el timbre. “Usagi,
Luna. Buenas noches” Saludó Michiru al abrir la puerta, asombrada de
verlas allí a esas horas, “Pasen por favor, ¿sucede algo?” “Setsuna
me pidió que viniera a verla.” Respondió Usagi mientras la guiaban a
la sala. “Buenas
noches Usagi, hola Luna.” Saludó Haruka, “Me temo que Setsuna no
está.” “¿Aún
esta trabajando?” Preguntó la gata luego de saludar. “No,
pero salió hace horas con un hombre que jamás habíamos visto.”
Indicó Hotaru. Usagi
y Luna se sentaron en el sillón frente a sus tres anfitrionas; a pesar
de que ya habían estado allí antes, había algo que siempre las hacía
sentir un poco fuera de lugar. “¿Qué
les pasa?” Preguntó al fin Usagi. Durante
casi un minuto nadie dijo nada, hasta que Michiru tomó la palabra,
“Es Setsuna.” “Ese
tipo que se la llevó era muy sospechoso.” Agregó Haruka. “Daba
un poco de miedo.” Terminó Hotaru. Usagi
trató de animarlas, “No deberían preocuparse tanto, Setsuna sabe
cuidarse sola.” “Usagi
tiene razón.” Agregó Luna, “Ella es muy inteligente para caer en
una trampa.” Las
otras asintieron, pero era obvio que no se habían tranquilizado. Un
par de horas más tarde Setsuna llegó a su edificio, la joven mujer
caminaba tomada del brazo de un hombre albino de piel morena que vestía
elegantes ropas blancas. El joven en cuestión era Kronos. “Te
agradezco que hayas accedido a mostrarme algo de la ciudad.” En
realidad Setsuna había aceptado acompañarlo por cortesía, pero al
poco rato de estar con Kronos, descubrió que su compañía era muy
agradable y ya no se arrepentía de haber salido con él, “No hay por
que agradecerme. Yo también me divertí.” “Me
alegra escucharte decir eso, Setsuna.” Kronos miró hacia la entrada
del edificio, “Tu princesa ya está aquí, creo que deberías ir a
hablar con ella.” Setsuna
pareció salir de un sueño, “Lo había olvidado. Es extraño, nunca
me pasa eso.” “Estoy
seguro que ella entenderá que estuvieras conmigo. Ve a verla, hay cosas
que debes decirle.” Dijo Kronos mientras desaparecía, “Nos veremos
de nuevo, te avisaré cuando.” Setsuna
no se extrañó al ver desvanecerse a Kronos y sin pensar más en el
asunto, se apresuró a subir para encontrarse con Usagi. “¡Hola!”
Saludó Setsuna al abrir la puerta, “Lamento no haber estado aquí
cuando llegaste Usagi. Sucedió algo imprevisto que tenía que
atender.” “No
hay problema conmigo.” Respondió la joven Tsukino, que había estado
relatando cómo Minako había ganado el concurso de baile. “¿Podrías
explicarnos quién era ese hombre con el que te fuiste?” Preguntó
Haruka. “Nos
tenías preocupadas.” Agregó Michiru, “Saliste sin decirnos
nada.” “Al
menos parece que te divertiste.” Observó Hotaru un poco más
tranquila. Setsuna
se sentó junto a Usagi, “El hombre con quien salí es muy importante.
No podía negarme a su invitación, y estoy de buen humor porque pasé
una velada muy agradable con él.” La joven mujer miró a Usagi,
“Tienes suerte, conseguí la información que necesitabas.” “Magnifico.
Ahora nos ignoras.” Comentó Haruka. “No
lo hago.” Respondió Setsuna algo molesta, “Si pueden esperar a que
le diga a Usagi lo que ella necesita saber, con gusto les explicaré
todo.” Haruka,
Michiru y Hotaru asintieron y decidieron sentarse en silencio a
escuchar. “Decía
que te tengo buenas noticias.” Continuó Setsuna, “Encontré una
pista sobre el lugar en donde está la llave de plata. Pero la persona
que me dio la información no me dio un lugar específico, sólo un tipo
de adivinanza. Dijo que lo entenderías.” “¿Qué
tipo de acertijo?” Preguntó Usagi, Luna estaba muy quieta en su
regazo, poniendo mucha atención a lo que Setsuna estaba por decir. “Este:
la llave de plata está oculta en la tumba congelada de una reina del
pasado.” Usagi
y Luna se miraron entre sí, pensativas. De pronto, ambas supieron a qué
lugar se refería el acertijo, la respuesta no las dejó muy contentas. “¿Ya
saben a dónde deben ir a buscar esa llave de plata?” Preguntó
Hotaru. “Sí,
creo que sí.” Dijo Usagi, “Tendremos que ir a donde murió la reina
Beryl.” “Eso
indicaba la tumba congelada.” Agregó Luna, “Aunque podría ser muy
peligroso.” “¿Pero
en dónde está esa tumba?” Quiso saber Haruka. “En
el ártico.” Respondieron al mismo tiempo Usagi y Luna. ---------------------------------------------------------------------------------------- La
historia continuará en el capítulo catorce. ¿Tienes
comentarios? Si es así, puedes enviarlos a este correo: Notas: La
canción mencionada en la final del concurso de baile, ‘Raishiku
Ikimashu’ es parte de uno de los muchos Cd’s de música de Sailor
Moon y fue sugerida por mi amiga Carmina. Responderé
otra pregunta que he recibido más de una vez. Es sobre si el nombre de
mis personajes significa algo. Pues sí, sus nombres tienen significado
y es éste: Kuro
Kizuko = El que incrementa la oscuridad. Keigo
Hikazan = Honorable guardián del volcán de fuego. Sara
D’Neige = Princesa de las nieves. Carlos
Gokai = Fuerte y de buen corazón. Misao
Kizuko = La que propaga la fidelidad. Pueden
visitar estos enlaces para ver el significado de las palabras y nombres.
http://linear.mv.com/cgi-bin/j-e/dict/ http://www.tuparada.com/nombres/default.aspx?activesex=m&activeletter=A |